Barcelona 2-3 Valencia: Y la flauta dejó de sonar

Es lo que tiene la autogestión. Alternas días de felicidad extrema, con momentos de incomprensible desconcentración. Si a esto le sumas toparte con un equipo que plantea bien el partido y deja de ser un “resignado” para pasar a competir de verdad, pues es muy comprensible que te encuentres un 2-3, y como sucediera tras caer ante el Levante, que te toque esperar, a ver si suena la flauta otra vez y el Atlético y el Real Madrid no ganan, si lo hacen, las probabilidades de que acierte con aquel fatídico pronóstico: “es imposible ganar algo”, creo que son muy elevadas.

Barcelona 2-3 Valencia
Alexis min.7 y Messi min. 53 (P)

El propio Martino lo dijo antes del partido: “Se acabó el margen de error“, y en el primer partido, jugado además como local, se tropiezo ofreciendo una de esas imágenes tan reconocibles de la “autogestión“. ¿Qué no sabes cómo es esa imagen? Échale un vistazo al trabajo defensivo sobre Feghouli en el 2-3 y es posible que entiendas de lo que hablo.

El equipo, que arrancó muy bien, adelantándose con un afortunado gol de Alexis en el minuto 7, estaba ofreciendo una imagen, hasta que sintió que la victoria podía ser tan cómoda que quizás podían pararse a buscar el gol de Messi en lugar de la goleada. Esa actitud, que jamás puede existir en la Jornada 22 de una Liga donde el margen de error es ridículo, es la que tuvo el Barça mientras disfrutaba de un escenario perfecto para golear y sentenciar el partido. No lo hizo y el Valencia, a diferencia de otros equipos sí planteó suficientemente bien el partido y no se resignó.

El Barça comenzó a dormirse, centralizando el juego de una manera escandalosa – recordando y mucho al partido contra el Bayern en Münich, cuando todos buscaban a Messi aunque tuviera 2 o 3 jugadores alrededor -, y el Valencia se fue creciendo. Antes del 1-1 ya tuvo varias tentativas de contragolpe que no llegaron a buen puerto por muy poco. Sí lo hizo una, en la que el Barça se rompió como equipo y en la que Parejo condujo perfectamente el ataque. Sólo tuvo que lanzar una pared con Feghouli para batir al peor Víctor Valdés de la temporada.

Así se llegó al descanso. Con 1-1 y sensaciones preocupantes que aumentaron en la segunda, cuando a los cuatro minutos, Barragán se internó por la banda y consiguió sacar un centro que tras ser peinado en el primer palo provocó una innecesaria media salida de Valdés, al que Piatti superó por arriba, con un meritorio testarazo.

En esos momentos complejos emocionalmente, el partido se disparó. A los cuatro minutos el Barça conseguía empatar gracias a un penalti por mano de Ricardo Costa, pero cuatro minutos después, Feghouli aprovechó el tremendo error de concentración de los jugadores del Barça para asistir a Pablo Alcácer que sacó un gran remate con la colaboración de Piqué, que le marcaba con la mirada a dos metros…

Quedaba media hora por delante, pero en esos minutos, el Barcelona no fue superior al Valencia, porque los de Pizzi se lo creyeron y el Barça comenzó a hacer lo que llevaba mucho tiempo sin hacer: DUDAR Y PASÁRSELA A MESSI ESPERANDO A QUE SONARA LA FLAUTA…

Messi es tan bueno, que está claro que en algún momento fabrica alguna. De hecho casi evita la derrota con una mágica acción asociativa con Alves e Iniesta en los minutos de descuento, pero esa desde luego no es la fórmula de buscar superar entramados defensivos complejos.

Martino aseguraba que con planteamientos como el del Levante: “De 10, ganaría 9”, la realidad es que de los últimos 4 en Liga, ha ganado 1, y empiezo a pensar que si Sergio Sánchez no hubiera dejado sólo a Piqué en aquel córner y se hubiera llegad al descanso con 0-0, igual aquel tampoco lo hubiéramos conseguido vencer. Esto que comento, no es ninguna broma. Si los equipos comienzan a entender que a este Barçasí se le puede meter mano, bajo planteamientos defensivos“, podemos ir dando por perdida la Liga, salvo que Real Madrid y Atlético dejen de rendir como lo vienen haciendo, claro. En ese caso, todo es posible, y ese caso es volver al “a ver si suena la flauta”. Qué triste, cuando teniendo al mejor jugador de todos los tiempos en el equipo, tenemos que recurrir a esto.


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Siempre "Macanudo"

Con motivo de la visita del Valencia mañana, hoy me gustaría traer un poco de historia, para aquellos barcelonistas “más jóvenes”, que no pudieron vivir la historia de “Macanudo Pizzi“. 

Tan sólo dos temporadas en el Barcelona. Es muy difícil que un jugador pueda dejar tanta huella como la que dejó Juan Antonio Pizzi en un periodo de tiempo tan breve. Llegó de Tenerife con la carta de libertad bajo el brazo. Allí había completado la mejor temporada de su carrera siendo el máximo goleador de la Liga anotando la friolera de 31 goles – por entonces la Liga era bien diferente y era muy raro ver a un delantero alcanzar los 30 -, pero el Barcelona buscó otro delantero más, y para desgracia de Pizzi, éste era ni más ni menos que Ronaldo Luiz Nazario de Lima.

En el esquema del fallecido Bobby‘ Robson que descanse en paz -, sólo tenía cabida un delantero centro y ese puesto era para el mejor Ronaldo que ha visto el mundo del fútbol. Ahí Pizzi comenzó a ganarse la estima del aficionado barcelonista. Ni una sola queja. Asumió su papel de suplente “fijo” con una enteresa espectacular teniendo en cuenta que venía de realizar una temporada extraordinaria.
Pizzi jugó 72 partidos en el Barcelona y sólo pudo marcar 18 goles, pero claro, de esos 72 partidos la inmensa mayoría los jugó como reserva, y de esos 18 goles, cuatro fueron especialmente importantes. Los dos que anotó en el Vicente Calderón en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey para conseguir ventaja ante el vigente campeón de la competición – el Atlético de Madrid -, el anotado ante el Betis en la final de Copa cuando sólo faltaban 5 minutos para la conclusión, forzando la prórroga donde el Barça se proclamaría campeón de una competición que por entonces tenía mucho más valor – había mucha más igualdad entre los equipos – y sobre todo, el poderoso remate de exterior, sin dejar caer el rechace de Molina, que envió al fondo de las mallas contra el Atlético de Madrid en la inolvidable remontada de cuartos de final que terminó con un 5-4 para el Barça tras ir perdiendo por 0-3 al descanso.
Desde entonces, Pizzi que ya era respetado por su ejemplar conducta y entrega, pasó a ser un ídolo. “Macanudo Pizzi” comenzó a llamarle el barcelonismo tras ese histórico gol. Fue Joaquím María Puyal en ‘Catalunya Radio‘ quien promovió el sobrenombre al narrar el gol de Pizzi al grito de “Sos Macanudo“.
La temporada siguiente se produjeron muchos cambios, pero Pizzi tampoco se vio beneficiado. Salió Ronaldo, pero llegó ‘Sonny‘ Anderson, un delantero muy del agrado de Louis Van Gaal – quien relevó a Robson en el banquillo , y Pizzi volvió a ser suplente, lo que propició su salida al finalizar la temporada.
Pizzi era uno de esos delanteros “de área“, fuerte, fajador, con instinto y sobresaliente en el juego aéreo. No me cabe la más mínima duda de que hubiera triunfado en el Barça de haber sido titular indiscutible, pero no llegó al Barcelona en un momento indicado para eso. Con todo, Pizzi es el mejor ejemplo, de que se puede marcar una época incluso siendo suplente.
Este Sábado el Camp Nou vivirá un momento emocionante al reencontrarse con Pizzi casi 16 años después. Esta vez será como rivales, pero suceda lo que suceda, Juan Antonio Pizzi, siempre será “nuestro macanudo“.
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Valoraciones individuales del Barcelona ante el Valencia

Víctor Valdés: 3

Le salvó del 0, su buen trabajo con los pies y una buena parada a remate potente de Feghouli. Tiene muchísima parte de responsabilidad en el 1-2 y con 1-0 realizó una de las peores cantadas que recuerdo, realizando una salida horrorosa y completamente sin sentido que no costó gol únicamente porque Ricardo Costa no acertó con la portería.

Daniel Alves: 6

Sus declaraciones post-partido son una vergüenza casi tan grande, como que un jugador al que sacas 10 centímetros te gane un balón aéreo, pero en líneas generales realizó un buen partido. Se prodigó en ataque. Tuvo dos remates muy peligrosos, participó en la gran jugada de Messi que a punto estuvo de ser el 3-3 y defendió su banda adecuadamente, teniendo en cuenta la falta de equilibrio táctico que mostró el equipo.

Piqué: 4

Volvió a las andadas. En el empate a uno, tarda en salir a por Parejo permitiendo que el Valencia se posicione bien en ataque. En el 2-3 todavía estaría pensando en cualquier cosa menos en el partido. Alcácer era el único delantero del Valencia, y era él quien debía estar atento a su marca, pero no fue así. El mejor Piqué nunca daba metros al rival, éste sí porque tiene miedo a quedar expuesto por su falta de velocidad. A poco que exige el partido, las vergüenzas salen a flote. Con todo, el premio de Martino es la titularidad permanente, pase lo que pase.

Mascherano: 4

En líneas generales estuvo mejor que Piqué, más agresivo y fajador, pero es que la falta de concentración en el 2-3 es impresentable. Tarda una eternidad en reaccionar, cuando es su responsabilidad salir a presionar a Feghouli.

Jordi Alba: 4

Tuvo problemas para cerrar su banda defensivamente, porque Barragán y Feghouli exigieron muchísimo, teniendo en cuenta el nefasto trabajo colectivo del equipo. En ataque no se prodigó tanto como en él es habitual, pero no le faltó actitud. Terminó expulsado.

Busquets: 5

No es ‘Superman’. Si el equipo se desorganiza sólo y posicionalmente es un desastre, no puede corregirlo él todo. Ayer se demostró.

Xavi: 6

Sigue realizando bien su función, y su cambio sólo lo puede comprender Martino.

Cesc Fábregas: 3

Pueden decir que es interior todas las veces que quieran. Cada vez que juega ahí, el equipo defensivamente se resiente, si el rival sabe organizarse y exige. Vive de los números conseguidos en la única posición donde su rendimiento es adecuado, la de “falso 9”. Si pretendemos ir a partidos de máxima exigencia con Fábregas de interior, creo que nos estaremos suicidando. La “libertad” que Martino presume otorgarle, es precisamente el desastre para el equipo.

Alexis: 5

Más allá del gol y algún buen centro, no estuvo demasiado acertado. Hay situaciones donde debería dar muchísimo más individualmente, porque está capacitado para ello.

Messi: 7

El único capacitado para hacer algo diferente, sea con sus conducciones, remates o pases. No fue su mejor partido, pero teniendo en cuenta las lamentables circunstancias en las que recibía el balón – y esta es una de las grandes claves, lo poco que el equipo sabe limpiar las jugadas para generar buenas circunstancias para Messi -, para mí fue claramente el mejor del Barça en el partido.

Pedro: 5

Luchador como Alexis en la presión, pero muy poco asistido durante todo el encuentro

Suplentes:

Iniesta: 6

Aportó más tranquilidad que Cesc y mejor conducción.

Tello: 5

Una pena que no estuviera en la primera parte cuando el partido estaba repleto de autopistas. Con su velocidad, ante un lateral que le cuesta tanto defender en el uno contra uno como Barragán, podía haber hecho mucho daño.