Siempre "Macanudo"

Con motivo de la visita del Valencia mañana, hoy me gustaría traer un poco de historia, para aquellos barcelonistas “más jóvenes”, que no pudieron vivir la historia de “Macanudo Pizzi“. 

Tan sólo dos temporadas en el Barcelona. Es muy difícil que un jugador pueda dejar tanta huella como la que dejó Juan Antonio Pizzi en un periodo de tiempo tan breve. Llegó de Tenerife con la carta de libertad bajo el brazo. Allí había completado la mejor temporada de su carrera siendo el máximo goleador de la Liga anotando la friolera de 31 goles – por entonces la Liga era bien diferente y era muy raro ver a un delantero alcanzar los 30 -, pero el Barcelona buscó otro delantero más, y para desgracia de Pizzi, éste era ni más ni menos que Ronaldo Luiz Nazario de Lima.

En el esquema del fallecido Bobby‘ Robson que descanse en paz -, sólo tenía cabida un delantero centro y ese puesto era para el mejor Ronaldo que ha visto el mundo del fútbol. Ahí Pizzi comenzó a ganarse la estima del aficionado barcelonista. Ni una sola queja. Asumió su papel de suplente “fijo” con una enteresa espectacular teniendo en cuenta que venía de realizar una temporada extraordinaria.
Pizzi jugó 72 partidos en el Barcelona y sólo pudo marcar 18 goles, pero claro, de esos 72 partidos la inmensa mayoría los jugó como reserva, y de esos 18 goles, cuatro fueron especialmente importantes. Los dos que anotó en el Vicente Calderón en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey para conseguir ventaja ante el vigente campeón de la competición – el Atlético de Madrid -, el anotado ante el Betis en la final de Copa cuando sólo faltaban 5 minutos para la conclusión, forzando la prórroga donde el Barça se proclamaría campeón de una competición que por entonces tenía mucho más valor – había mucha más igualdad entre los equipos – y sobre todo, el poderoso remate de exterior, sin dejar caer el rechace de Molina, que envió al fondo de las mallas contra el Atlético de Madrid en la inolvidable remontada de cuartos de final que terminó con un 5-4 para el Barça tras ir perdiendo por 0-3 al descanso.
Desde entonces, Pizzi que ya era respetado por su ejemplar conducta y entrega, pasó a ser un ídolo. “Macanudo Pizzi” comenzó a llamarle el barcelonismo tras ese histórico gol. Fue Joaquím María Puyal en ‘Catalunya Radio‘ quien promovió el sobrenombre al narrar el gol de Pizzi al grito de “Sos Macanudo“.
La temporada siguiente se produjeron muchos cambios, pero Pizzi tampoco se vio beneficiado. Salió Ronaldo, pero llegó ‘Sonny‘ Anderson, un delantero muy del agrado de Louis Van Gaal – quien relevó a Robson en el banquillo , y Pizzi volvió a ser suplente, lo que propició su salida al finalizar la temporada.
Pizzi era uno de esos delanteros “de área“, fuerte, fajador, con instinto y sobresaliente en el juego aéreo. No me cabe la más mínima duda de que hubiera triunfado en el Barça de haber sido titular indiscutible, pero no llegó al Barcelona en un momento indicado para eso. Con todo, Pizzi es el mejor ejemplo, de que se puede marcar una época incluso siendo suplente.
Este Sábado el Camp Nou vivirá un momento emocionante al reencontrarse con Pizzi casi 16 años después. Esta vez será como rivales, pero suceda lo que suceda, Juan Antonio Pizzi, siempre será “nuestro macanudo“.
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