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Foto / uefa.com |
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Qué injusticia la que se comete con este chico. Doy por seguro que se retirará del fútbol sin haber conseguido un caché mediático a la altura de su trabajo. Lo primero que no le ayudó fue su nombre “Pedrito“. Pocos – incluído yo mismo – creían que en una delantera como la del Barça, casi siempre repleta de ‘cracks’ extranjeros, un tal “Pedrito” podría brillar. De haber escogido el nombre de Eliezer o Ledesma, seguro que se le miraría con otros ojos.
Suena a broma, pero no lo es. Es triste, por supuesto, pero a día de hoy los prejuicios todavía siguen condicionando buena parte de las relaciones sociales y el fútbol no escapa de esta realidad, ya que contar con un buen apoyo mediático e imagen – no hay más que ver la evolución estética de Cristiano Ronaldo, por ejemplo -, es muy importante para ser reconocido y tener más peso en un equipo.
Pero hablemos de fútbol. Aunque ya debutó con Rijkaard, Pedro Rodríguez llegó al primer equipo de la mano de Guardiola quien confiaba plenamente en él, tras haberle entrenado en Tercera División en su experiencia como técnico del ‘Barça Atletic‘ – hoy “Barcelona B” -. Pedro fue un jugador importantísimo para aquel equipo y Guardiola no dudó en intentar integrarlo en el primer equipo en cuanto le vio preparado. Tras jugar 13 partidos entre todas las competiciones durante la temporada del “triplete“, Pedro cogió la confianza que según Guardiola necesitaba para ser importante y pasó a tener un papel protagonista a partir de la pretemporada 2009-10.
Con una gran actuación en los primeros partidos oficiales de la temporada, Pedro se ganó más y más continuidad, a pesar de que peleaba en una delantera con nada más y nada menos que Henry, Ibrahimovic y Messi.
Hay que destacar, que en esos momentos, Messi todavía era un fijo en la banda derecha que intentaba conquistar Pedro, por lo que sus oportunidades llegaron más por las molestias físicas y mal momento de Henry.
Lo que en principio parecía ser una simple racha de goles y el éxito de un jugador que desaparecería del mapa en cuanto Henry se pusiera bien, terminó siendo el descubrimiento del mejor jugador del mundo en el rol de delantero acompañante en el “Messisistema“.
Pedro acabó ganándose la titularidad permanente en el equipo realizando la función de extremo. Pegado a la banda, buscando el desborde sólo cuando era realmente necesario, reteniendo adecuadamente las posesiones, jugando fácil y sobre todo realizando un sacrificio en el trabajo de presión defensiva descomunal.
Mejoraron todavía más las cosas para él – y para el Barça -, cuando Guardiola decidió establecer el “Messisistema” tras el fracaso en Champions ante el Inter. Pedro y Bojan, realizaron un fenomenal trabajo que se extendería una temporada completa con la llegada de Villa, quien declaró en su día que “Pedro es el mejor del mundo en su puesto“. No era una exageración, ni una muestra gratuita de amistad: LO ES.
Pedro Rodríguez es el mejor jugador del mundo en su rol. El rol le exige sobre todo ser disciplinado y un jugador muy sacrificado. Entender cuando debes estar bien cerca de la banda para ensanchar el campo, realizar numerosos y constantes desmarques de apoyo y ruptura para apoyar el juego de creación, arrastrar marcas y generar espacios, así como ofrecer soluciones en la finalización y por ende, goles. Los goles los marca, las asistencias las pone y aún encima se machaca en defensa a un nivel que sólo Alexis Sánchez o Jordi Alba, están capacitados para ofrecer en estos momentos.
La idea suele ser que “el que está ahí, es el mejor si es el rey del desborde“, pero ese concepto pasó a mejor vida y mientras nadie lo cambie, sigue siendo así. Si Messi es “el puto amo” del fútbol mundial y del Barça, Pedro Rodríguez es “el puto amo” en el rol diseñado por Guardiola en su momento y que a día de hoy todavía se continúa ejecutando en el equipo.
A Pedro – como a Alexis – no se le debería valorar tanto por sus goles o asistencias – que son un extra impresionante añadido esta temporada -, como por sus contribuciones al desarrollo del juego colectivo sea en transición de ataque o en defensa. Si estableciéramos una suma de puntos en la realización de las tareas que exige su función, Pedro ganaría a todos sus rivales, se llamen Alexis Sánchez – que posiblemente sea el que más se le acerque -, Neymar, Agüero o cualquier otro “crack” que por técnica y talento sea muy superior a ellos en el desborde.
Pedro Rodríguez vio perjudicado su “valor mediático” en las dos últimas temporadas. Primero por que las variantes de Guardiola provocaron que su función estuviera bastante más alejada del gol de lo que estaba en la 2009-10 y en la 2010-11. Segundo porque con Tito Vilanova, se focalizó el ataque en Messi de la manera más salvaje que se recuerda, por lo que Pedro vio muy mermadas sus opciones de llegar a gol y cuando esto sucede también se reduce la confianza del jugador en la ejecución de las mismas. Con España, manteniendo el “rol clásico”, Pedro sí rendía y continúa rindiendo – mediáticamente – como si la 2010-11 nunca hubiera terminado, y la presente temporada especialmente debido a la lesión de Messi, volvió a recuperar su protagonismo y ahora vive un momento dulce de confianza.
Con esto no quiero decir que debería ser titular este Domingo. Sigo creyendo que la “alineación decretazo”, condena a Pedro, Alexis o Neymar – que creo que es quien va a jugar – a un papel muy complejo si lo que se espera es que participe mucho en el juego, ya que prácticamente está en el campo sólo para abrirlo y generar espacio para Messi. Salvo acción aislada o contragolpe, es muy raro que pueda tener presencia en la fase ofensiva del equipo.
Lo que sí quiero decir, es que es una pena lo infravalorado que está este futbolista que, una vez más lo vuelvo a repetir, es el mejor del mundo en su rol, en base a lo que este rol exige y en base a lo que él ofrece.
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