Querido Puyol



Foto / fcbarcelona.cat
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Son muy pocos los jugadores que pueden presumir de retirarse en un club como el Barcelona con 36 años. El 2 de Octubre de 1999, debutaste en Zorrillacasualmente campo que visitaremos este próximo fin de semana – ante el Valladolid gracias a la confianza que Louis Van Gaal tuvo en ti. Si en aquel momento me dicen, que casi 14 años y medio después, iba a estar escribiéndote esto, no me lo hubiera creído.

Sin lugar a dudas, fuiste el jugador que más rápido y con más contundencia me cerró la boca. Tus primeros partidos fueron un auténtico despropósito y llegué a catalogarte como el peor canterano que había visto – por entonces no eran tantos, ya que sólo tenía 16 años -, y no sólo yo lo vi de esa manera, si no casi todos los medios y buena parte del club que pretendía traspasarte al Málaga. Por suerte, Louis Van Gaal dijo “no”.
Debemos mucho a Van Gaal, entre otras cosas por haber tenido esa gran confianza en ti. Pero tu éxito no puede atribuirse a los demás, sino a ti. El carácter que demostraste para superar aquellas ofensivas críticas fue el que te permitió llegar hasta donde estás hoy. El segundo jugador que más temporadas ha disputado, el segundo que más títulos ha ganado y el segundo que más partidos oficiales y de Liga ha jugado. Si no fuera por tu eterno compañero Xavi, serías el primero, aunque realmente eso da igual, ya que a ambos os recordaremos con el mismo cariño por haber formado el mejor Barça y equipo de la historia del fútbol – sí, le pese a quien le pese -.
Ya te habías ganado la confianza de todos cuando Van Gaal consiguió hacerte brillar como lateral diestro en la 99-00. Tu pase al estrellato fue sin embargo como “marcador“. Recuerdo como si fuera ayer, el miedo que sentimos casi todos cuando Serra Ferrer nos sorprendió con ese marcaje individual sobre Figo, la noche de su primera visita al Camp Nou con la camiseta del Real Madrid. Del miedo y las dudas, a coronarte como auténtico ídolo y referencia del equipo. Tu partido fue memorable, el primero de tantos, aunque aquellos no fueron buenos tiempos.
No sé porqué me resulta tan fácil trasladarme a aquella época, pero me vienen a la mente todos aquellos debates que tenía en la época Gaspart opinando que sobre todo era una terrible injusticia pensar que Carles Puyol tenía ya 25 años y no había podido ganar ni un sólo título. Superando a Cocú y Luis Enrique, tú fuíste el auténtico héroe y motivación del barcelonismo en aquellas temporadas depresivas. Sé que muchos se quedarán en el recuerdo con el Puyol que levantó las Champions, las Ligas y las Copas, pero yo me quedaré con aquel titán, que fue capaz de ser considerado como uno de los mejores defensas y jugadores del mundo a pesar de la total y absoluta ausencia de equilibrio táctico en los equipos de Serra primero, de Rexach después y de Van Gaal y Antic posteriormente.
La llegada de Laporta y Rijkaard lo cambió todo. No inmediatamente, pero sí en cuestión de 6 meses. Cuando el equipo encontró la llave para arrancar el motor, todo fue sobre ruedas, y lo que llegó creo que todos lo conocen y no hace falta que profundice en ello. Dos Ligas con Rijkaard, tres con Guardiola y una con Tito. Una Champions con Rijkaard y dos con Guardiola. Dos Copas con Guardiola, así como otras Supercopas de España, Europa y Mundial de Clubes. Al final, hubo justicia y pudiste llenar el palmarés como merecías.
A partir del 2010, la suma de tan numerosas lesiones en conjunto con el paso de los años, provocaron que paulatinamente te fueras apartando del equipo y la portentosa mezcla de fuerza y velocidad que exhibiste durante toda tu carrera, perdiera efectividad.
Es ley de vida. Nadie vive para siempre y ningún jugador puede competir eternamente. Lo que sí es para siempre es la huella que tú dejarás en nuestros corazones barcelonistas. Todo lo citado, y por supuesto, esos memorables testarazos en el Santiago Bernabéu, destacando el inolvidable 1-2 del 2-6 en la temporada del triplete. Y no fueron tus únicos goles, sabemos bien que los metiste hasta de chilena – como en Tenerife – o que a pesar de que muchos ven en ti un jugador rudo y tosco, fueron numerosas tus incorporaciones al ataque exhibiendo una enorme calidad y recursos. La velocidad, tanto en arrancada como en carrera de larga distancia, fue uno de tus puntos fuertes, pero no hubieras sido tanto como has sido, de no haber sido Carles Puyol. “El carácter“. Ese alma, personalidad, espíritu guerrero que te llevó a superarte desde las críticas iniciales en 1999, hasta hoy 4 de Marzo de 2014. El día en el que anuncias tu retirada cuando sabes que aunque quieras, la máquina ya no debe ser forzada durante más tiempo.
No te preocupes Carles, para nosotros siempre serás el mejor.
Gracias por todo tarzán.
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