Buen viaje, sabio

Una de las cosas que más me desagrada socialmente hablando, es cuando fallece una persona y de repente todos comienzan a hablar maravillas sobre ella. Me parece un ejercicio de cinismo y falsedad muy prescindible y deseo que algún día desaparezca.

El cinismo y la falsedad son una desgracia para el bienestar social. Allá donde exista una mentira, no puede existir verdad. Yo no conocí personalmente a Luís Aragonés, pero pondría las dos manos en el fuego a que estaría de acuerdo con mi opinión y a que él sí era una bella persona.

¿En qué me baso? Pues en muchos detalles y destaco principalmente uno: su defensa a Louis Van Gaal. Juraría que fue en su primera etapa como barcelonistararo que se me olviden estos detalles, pero empiezo a hacerme mayor… -, cuando Aragonés entrenaba al Betis, que “el sabio de hortaleza” en la previa de un Betis – Barcelona, salió en defensa del entrenador holandés por las según él: “Vergonzosa campaña de persecución que se le estaba realizando“. Todos callaron. Nadie esperaba que Aragonés hiciera semejante acto de defensa. Fue mucho más que “defender a un colega”. Fue la indignación de un hombre ante tanta mentira y comportamiento mercenario por parte de unos medios que ya por entonces caminaban hacia la criminal – no tiene otro nombre e incluso me parece suave – y terrorista actitud que ostentan hoy.

Luis Aragonés, además de un gran entrenador, siempre fue un hombre valiente. Lo sé por gestos como ese, y por un gesto de igual magnitud, como el que realizó tras el Mundial de 2006 donde siempre insistiré, que mi “azzurra” fue campeona, pero España fue de lejos la que mejor fútbol hizo -, al atreverse a dejar fuera de la selección a Raúl González igual si le hubiera dejado fuera en el Mundial 2006 y hubiera jugado Iniesta en su lugar, España hubiera obtenido ya por entonces, otros resultados… -.

Aragonés no sólo se enfrentó a un Raúl, que demostró durante los años posteriores el repulsivo egocentrismo de la mayoría de futbolistas, si no sobre todo a una presión mediática muy similar a la que vivió el hombre que había defendido anteriormente, Louis Van Gaal.

Quisieron forzar su salida desde todos los medios tras el Mundial 2006. Se decía que la RFEF no le despedía porque “querían ahorrarse el finiquito“. Todo tipo de desprecios para una persona, que lejos de venirse abajo, trabajó a destajo para iniciar el proyecto de la España de hoy, cuando casi toda España quería un cambio de estilo con Benítez como máximo favorito – por entonces triunfaba en el Liverpool – y el Barça de Rijkaard comenzaba a hundirse.

Se mantuvo fiel a sus principios y a sus ideas. Si la “fe” existe, su victoria en la Eurocopa 2008, fue un auténtico acto de fe, y debo decir que a pesar de que cada victoria de España me cuesta digerirla – porque quienes me conocen saben que sólo voy con Italia y si gana España tengo que aguantarles… -, festejé aquel gol de Torres ante Alemania como si fuera uno para el Barça, porque deseaba que Luís Aragonés tuviera su venganza.

A pesar de todo, Aragonés no se recreó ajusticiando a los indeseables comunicadores que le faltaron al respeto durante años. Desde utilizar series de máxima audiencia como “Los Serrano” poniendo pancartas de “Raúl selección“, hasta enviar al “Follonero” de infiltrado a un entrenamiento para sacarle de sus casillas y hacerle quedar como un “viejo chocho” ante toda España.

Aragonés disfrutó en silencio de su gran victoria, porque era un hombre de los de verdad. Un hombre valiente, honesto, con las ideas claras. Aunque seguro que le agradaría tenerlo por ser un acto de justicia, no necesitaba el reconocimiento de nadie, porque en su fuero interno, sabía que él había hecho lo correcto.

Hoy, se ha ido un grande. Todo mi apoyo para la familia de Luis Aragonés, y que tengas buen viaje sabio.